¡Somos algunos miembros de la familia Señaletas!
Antes estábamos un poco desmotivadas porque los mayores no nos hacían caso, pero desde que han leído el cuento-columpio de Los chinchavainas y la familia Señaletas, hemos recuperado nuestro ánimo.
¡Muchas gracias a los pililampos, a las orugas tricotonas y a los niños por hacer que los mayores nos respeten y consigamos así ciudades más seguras!
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